Comunicación canina

La comunicación ocurre entre miembros de la misma especie, así como entre individuos heteroespecíficos, como ocurre entre perros domésticos y humanos. Al vivir en estrecho contacto con los humanos durante al menos 30.000 años, los perros han desarrollado habilidades específicas que les permiten comunicarse de manera flexible con los humanos. Ahora hay evidencia que sugiere que la relación perro-humano puede caracterizarse como un "apego", que se parece mucho a la reportada entre los bebés y sus cuidadores principales. Específicamente, el proceso de convivencia y el apego humano-perro causaron cambios tanto en humanos como en perros en sus habilidades comunicativas entre especies, cuyo resultado es percibir y comprender las señales de las otras especies y responder correctamente a ellas.

Los perros muestran un repertorio de comportamiento flexible cuando se comunican con los humanos, empleando las mismas señales utilizadas en las interacciones intraespecíficas (perro-perro), algunas de las cuales pueden adquirir y tener un significado diferente cuando se usan hacia los humanos (por ejemplo, contacto visual). Utilizan todo su cuerpo para comunicarse, transmitiendo información intencionalmente o de otra manera. No todas las señales, de hecho, están bajo control voluntario. Cuando un perro experimenta un estado emocional, por ejemplo, ansiedad, libera un olor corporal específico en el medio ambiente. A pesar de ser involuntaria, esta señal es recibida como una señal comunicativa por otro individuo porque les informa sobre el estado interno del emisor y puede producir cambios en el comportamiento del receptor.

Los perros se dedican a la comunicación visual modificando diferentes partes de su cuerpo, en la comunicación táctil y en la comunicación auditiva y olfativa, con vocalizaciones y olores corporales, respectivamente.

Fuente: https://www.ncbi.nlm.nih.gov. 2018 Jul 31

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